“El origen del Camino podría encontrarse en los primeros años del siglo VI, gracias a una carta de León, obispo de Jerusalén, dirigida a varios pueblos bárbaros de Europa, en la que se menciona la presencia del cuerpo de Santiago el Grande, apóstol de Cristo, en el noroeste de la península Ibérica, lo que coincidiría parcialmente con los Hechos de los Apóstoles que atribuye la evangelización de Hispania a Santiago, si bien este mismo libro de la Biblia también dice que apóstol murió en Jerusalén. Es decir, estaríamos hablando de un traslado de cadáver. Esta información grosso modo, la corroboraría San Isidoro de Sevilla en su De ortu et obitu Patrum, así como el Beato de Liébana en Comentarium in Apocalypsin (escrito alrededor de la década de 789)”.

Bibliografía CHAPARRO GÓMEZ, C. Isidorus Hispalensis. De ortu et obitu pstrum. Vida y muerte de los santos. Introducción, edición crítica y traducción. Col. ALMA; 1985. Braulio en su comentario a las obras de Isidoro afirma de este libro: “Un libro de la Vida y Muerte de los Padres, que registró con brevedad esquemática sus hechos, su dignidad y su muerte y sepultura”.

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